Puede que no sean muy prácticas para el verano pero las japonesas no dudan en pasar del salón de belleza y entregarse a la calcetería efecto 'uñas pintadas'.
No hay duda de que Asia marca la pauta en lo que a tendencias de belleza se refiere. A veces, se convierten en los jefes del cotarro de la mano de productos coreanos tan deseados como rentables (el sector cosmético en Corea ha crecido un 68% en solo cinco años).
Otras, a base de llamar la atención con tendencias tan impracticables como inverosímiles (recordemos los brotes verdes a modo de tocado por poner un ejemplo reciente). Cuando pensábamos que ya no podíamos sorprendernos, llegan las medias con pedicura incorporada para dejarnos boquiabiertas.
Sí, has leído bien. Lo último entre las japonesas es ponerse medias con adornos a modo de uñas cuidadosamente pintadas. Al parecer el invento, a medio camino entre la excentricidad y la comodidad, es obra de la marca japonesa Bella Maison.
En su web comercializan un buen puñado de estos modelos bautizados en inglés como “pre-painted tights” (algo así como “medias prepintadas”). Los diseños van desde las pedicuras más discretas hasta los lunares, las rayas marineras, los dibujos de Disney o diseños dignos de un verdadero experto en nail art.
No hay problema si no te ha dado tiempo a pintarte las uñas de los pies o quieres cambiar el color cada día: la cosa es tan fácil y rápida como poner y quitar un par de medias. Todo por 1.000 yenes (8 euros), el coste medio de un par de estas medias con ‘uñas postizas’.
Más allá del punto friki del invento, medios especializados como Refinery 29 señalan lo fascinante que resulta este nuevo concepto de calcetería. El efecto de estas medias es más dudarero que dejarse los cuartos en el salón de belleza –a menos que les salga una carrera, claro– y es perfecto para quienes no tienen ni tiempo ni ganas de arreglarse las uñas.
Eso sí, no parece nada práctico para el verano (época en la que realmente se puede lucir la pedicura) y no queremos imaginarnos el efecto si la media se mueve al andar y la “uña” del meñique acaba pareciendo un manchurrón en mitad del dedo.
Otro de los retos que los fabricantes deben superar si quieren que la cosa triunfe fuera de Japón (¿de verdad podría hacerlo?) es diversificar el tono de las medias. Puede que a las japonesas les siente bien el nude blanquecino que comercializan pero, en otro tipo de pieles más oscuras, quedaría extraño. Lo mismo ocurre con el tamaño: deben ajustarse perfectamente al pie para que el efecto sea el deseado.
Probablemente no se conviertan en el último grito fuera de las fronteras asiáticas, pero si las pegatinas para las uñas o las manicuras de gel de quita y pon tienen su público, quizá no deberíamos subestimar el poder de las medias con pedicura.
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