Aunque el niño haya sido rescatado del agua y respire, todavía tiene la posibilidad de morir 76 horas después

Este suceso recibe el nombre de ahogamiento en «seco»
26/06/2015
El pasado mes de julio saltaron todas las alarmas cuando Lindsay Kujawa, escritora y creadora de «Delighted Momma»
publicaba en el Huffingtonpost un artículo en el que narraba una de las
experiencias más desagradables de su vida como madre: su hijo, en un
terrible descuido de todos los adultos, se cayó a la piscina y en el breve transcurso de veinte segundo permaneció bajo el agua.
Cuando lo sacaron lo reanimaron
y todo parecía ir bien. Sin embargo, conforme avanzó la tarde el niño
empezó a dar muestras de cansancio y decidió llamar al pediatra. Este,
con voz muy seria le indicó que debía llevarlo inmediatamente a
urgencias.
Allí lo exploraron y los resultados indicaron que podía
padecer un ahogamiento secundario. Es decir, en su cuerpo había agua de
la piscina, con sus productos químicos, que podían traer graves consecuencias, incluida la muerte. Afortunadamente todo salió bien pero su artículo ha servido para poner en alerta a padres sobre este tema poco conocido.
Andrea Masiá de Barbieri es pediatra en Cap Sant Pere de
Ribes y conoce bien de qué se trata. Hemos hablado con ella para
despejar cualquier duda que los padres tengan. Para la doctora l
ahogamiento secundario y el ahogamiento seco existen «se trata de que
existe la posibilidad de que, aunque el niño haya sido rescatado del
agua, tenga aún la posibilidad de ahogarse»
Sin embargo, sostiene,
«antes que nada hay que dejar claro que para que ocurran cualquiera de
estos dos fenómenos tiene que haber un ahogamiento previo con
reanimación, estos hechos no ocurren de otra manera, con esto quiero
decir que no ocurrirán si le tiran un poco de agua a la cara y tose un
poco por ejemplo o traga agua accidentalmente».
¿Qué hacer si ha habido ahogamiento previo con reanimación?
La pediatra es contundente en este aspecto: «Siempre que un
niño haya sufrido un ahogamiento en una piscina o en la playa por más
que recupere conciencia rápidamente y lo veamos bien hay que llevarlo a
un centro hospitalario inmediatamente».
¿Por qué? Porque «el ahogamiento
seco es un proceso por el cual se produce un espasmo de la laringe, ya
que ella se cierra como protección, no entra agua, pero tampoco entra
aire. El ahogamiento secundario comienza cuando el agua se introduce en
los pulmones y se queda estancada a pesar de las maniobras de
reanimación.
Esta acumulación de líquidos se llama edema pulmonar que
causa dificultad respiratoria y no tiene por qué aparecer
inmediatamente, puede hacerlo hasta 76 horas después del ahogamiento y
pudiendo ser lo suficientemente grave como para desencadenar la muerte».
El mensaje fundamental es la vigilancia de los niños en las
piscinas, «personalmente no soy fan de los manguitos, ni otros
artilugios para dejarlos con más seguridad, se trata de una falsa
seguridad que lo único que logra es que los padres estén más confiados y
se puedan despistar, además de no ayudar a los niños a manejarse dentro
del agua».
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