Thursday, February 25, 2016

Aluminio, Fluoruro, y Glifosato — Una Trifecta Tóxica Implicada en la Enfermedad de Alzheimer y el Autismo

Aluminio, Fluoruro, y Glifosato — Una Trifecta Tóxica Implicada en la Enfermedad de Alzheimer y el Autismo



Por el Dr. Mercola

El aluminio es una neurotoxina conocida y, de acuerdo con el profesor Christopher Exley de la Universidad de Keele, los productos que contienen aluminio pueden aumentan la enfermedad de Alzheimer.1 En un artículo publicado en la revista Frontiers in Neurology,2 él escribe:
"Todos estamos acumulando una neurotoxina conocida en nuestro cerebro desde nuestra concepción, hasta nuestra muerte. La presencia de aluminio en el cerebro humano debe ser una bandera roja para alertar todos los potenciales peligros de la era del aluminio.
¿Cómo sabemos que la enfermedad de Alzheimer no es la manifestación de la toxicidad crónica del aluminio en los seres humanos?"
Las personas con toxicidad al aluminio muestran muchos de los mismos síntomas que las personas que padecen demencia, Parkinson, ADHD, autismo y otras enfermedades neurológicas, por lo que la creciente evidencia sugiere que el aluminio puede jugar un papel significativo en el desarrollo de esas (y otras) enfermedades.
Al tomar medidas para protegerse a sí mismo, se puede minimizar su exposición a la vez que maximiza la capacidad con la que su cuerpo deshace este metal tóxico, lo que lo hace avanzar hacia una vida larga y saludable, a sus años dorados.
Otras toxinas con las que debe tener mucho cuidado, incluyen al fluoruro y el glifosato. Todos estos son tóxicos por sí mismos, pero la investigación afirma que pueden ser aún más peligrosos cuando se combinan.

Puede Estar Expuesto al Aluminio Más de lo Que Se Imagina

El aluminio se puede encontrar en una amplia gama de productos de consumo, incluyendo:
  • Alimentos tales como el polvo para hornear, la harina instantánea con levadura, la sal, la fórmula para bebés, las cremas para café, los productos horneados y los alimentos procesados, el colorante artificial y los antiaglomerantes
  • Medicamentos como los antiácidos, analgésicos, antidiarreicos y otros aditivos tales como el estearato de magnesio
  • Vacunas - Hepatitis A y B, Hib, DTaP (difteria, tétanos, tos ferina), la vacuna neumocócica, Gardasil (VPH) y otras
  • Cosméticos y productos de cuidado personal tales como los antitranspirantes, desodorantes (incluyendo cristales de sal o los hechos de alumbre), lociones, protectores solares y champús
  • Productos de aluminio, incluyendo el papel de aluminio, latas, bolsas de jugo y botellas de agua
De acuerdo con los CDC, el adulto promedio consume alrededor de siete a nueve miligramos de aluminio por día en los alimentos y en menor cantidad de aire y agua.
Aproximadamente el uno por ciento del aluminio se ingiere por vía oral y se absorbe en su cuerpo. El resto se mueve por su tracto digestivo siempre y cuando esté funcionando bien. El aluminio restante puede ser depositado no sólo en el tejido cerebral, sino también en sus nervios, huesos, hígado, corazón, bazo y el músculo.
Mientras que el uno por ciento puede sonar como una cantidad pequeña, su carga tóxica total dependerá de la cantidad total de las toxinas a las que esté expuesto a lo largo del tiempo. Su alimentación y salud digestiva también jugarán un papel importante dependiendo de la cantidad que su cuerpo sea realmente capaz de eliminar.

La Exposición Ocupacional al Aluminio Aumenta el Riesgo de Alzheimer

Un estudio publicado3 recientemente encontró que los altos niveles de aluminio en el cerebro de un hombre fueron causados por la exposición al aluminio en el trabajo durante ocho años. Más tarde murió a causa de la enfermedad de Alzheimer.
Según los investigadores, es el primer caso que muestra una relación directa entre la enfermedad de Alzheimer y el aluminio elevado en el cerebro, después de la exposición ocupacional.4
Un estudio anterior5 sugirió que el aluminio de los alimentos y el agua potable puede estar contribuyendo al aumento de las tasas de Alzheimer, señalando que:
"En los últimos años, el interés en el papel potencial de los metales en la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer (EA), ha crecido considerablemente.
En particular, se sugirió la neurotoxicidad del aluminio (Al) después de su descubrimiento en las placas seniles y ovillos neurofibrilares que representan las principales características neuropatológicas de la EA.
El aluminio esta omnipresente en la vida cotidiana y puede entrar en el cuerpo humano a partir de varias fuentes, sobre todo de agua potable y alimentos de consumo... Otros elementos presentes en el agua potable como el flúor, cobre, zinc, hierro o también podría haber un efecto sobre el deterioro cognitivo o modificar cualquier neurotoxicidad del aluminio."
De hecho, docenas de estudios han demostrado que el fluoruro causa daño cerebral y reduce su Coeficiente Intelectual (CI). El fluoruro emitido por las plantas de aluminio, también ha sido implicado en la enfermedad animal.6
Los agricultores de Islandia, por ejemplo, afirman que sus animales están enfermos por la contaminación del medio ambiente con fluoruro, por lo que incluso han llegado a ser sacrificados. Otros reportan mayores índices de daño en los dientes y la infertilidad entre su ganado.
Otro estudio7 vincula la exposición ocupacional al aluminio al desarrollo de la fibrosis pulmonar, una condición en la que la cicatrización en los pulmones hace difícil el proceso de respiración. En este caso, la exposición se produjo durante el lijado de material Corian.
En conjunto, parece razonable concluir que la combinación de aluminio, fluoruro, y/o un número de otras toxinas puede promover la enfermedad de Alzheimer, además de un sinnúmero de problemas de salud.

Los Pesticidas También Pueden Causar Estragos en la Función Cerebral

Los pesticidas, por ejemplo, también han demostrado tener un efecto adverso sobre la función neurológica y la salud del cerebro.8 En un estudio los agricultores expuestos a los insecticidas organoclorados, tenían un mayor riesgo del 90 por ciento de tener depresión, en comparación con los que no los utilizaban.
La exposición a fumigantes aumenta el riesgo de depresión en un 80 por ciento. Las personas expuestas a los plaguicidas son más propensas a tener la enfermedad de Parkinson.
Es evidente que, cuando se trata de toxinas, a menos que el producto químico sea muy tóxico, el daño real se produce cuando su cuerpo se sobrecarga de manera crónica con ellos y la mayoría de las personas, hoy en día, están expuestas regularmente a miles y tal vez decenas de miles de diferentes productos químicos.
Los agricultores no son los únicos que están en riesgo a los efectos adversos de la exposición a los pesticidas. El glifosato se puede encontrar en la mayoría de los alimentos procesados en la dieta occidental, cortesía de la remolacha azucarera transgénica, el maíz y la soya, por lo que la investigación muestra que el glifosato aumenta los efectos dañinos de los otros residuos químicos y toxinas.
Mientras que cerca de mil millones de libras de glifosato se rociaron cada año en ambos cultivos convencionales y transgénicos en todo el mundo, los cultivos transgénicos reciben las cantidades más pesadas. Las carnes de animales criados en las operaciones concentradas de alimentación de animales (CAFO), también pueden contener mayores cantidades de residuos de glifosato, ya que la soya que es un alimento básico en la alimentación del ganado convencional.
Es muy importante entender que la contaminación con glifosato es sistémica, lo que significa que se integra en todas las células de la planta, desde la raíz hasta la punta. En la actualidad, no sólo es un problema de contaminación, sino que muchos otros productos químicos agrícolas rociados sobre los cultivos, también lo son. Normalmente es necesario lavar completamente el producto para eliminar los residuos de plaguicidas de uso tópico, pero simplemente no se puede eliminar el glifosato de ellos. Tampoco se puede eliminar de los alimentos fabricados para animales que utilizan ingredientes transgénicos en sus productos. Esto es parte de lo que se hace con los alimentos transgénicos que perjudican su salud.

El Envenenamiento Sinérgico Causado por Aluminio y Glifosato, Promueve el Autismo

La Dra. Stephanie Seneff, una investigadora líder en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), ha sido fundamental en educar a las personas sobre los peligros del glifosato. Basado en la tendencia actual, la Dra. Seneff predice que para el 2025 la mitad de todos los niños nacidos en ese año serán diagnosticados con autismo. Claramente tenemos que identificar los principales factores ambientales que contribuyen a esta tendencia tan alarmante. La falta de vitamina D por la exposición inadecuada al sol, es un factor. Las deficiencias nutricionales causadas por la mala alimentación, es otro.
Las toxinas ambientales no deben ser ignoradas, sin embargo algunas toxinas -glifosato y aluminio incluidos - son mucho más peligrosas y ubicuas que otras, y por tanto pueden contribuir en un mayor grado. Como explica la Dra. Seneff, el mecanismo de daño de glifosato hace que sea especialmente problemático. De hecho, según la Dra. Seneff, el glifosato es posiblemente "el factor más importante en el desarrollo de múltiples enfermedades y afecciones crónicas, que han llegado a ser frecuentes en las sociedades occidentalizadas," incluyendo pero no limitándose a:
Autismo Enfermedades gastrointestinales como la enfermedad inflamatoria del intestino, diarrea crónica, colitis y enfermedad de Crohn Obesidad
Alergias Enfermedad cardiovascular Depresión
Cáncer Infertilidad Enfermedad de Alzheimer
Enfermedad de Parkinson Esclerosis múltiple ALS y más

Consejos para Evitar Estas Toxinas Peligrosas

Parece bastante claro que la exposición al aluminio juega un papel importante en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Otras neurotoxinas como el fluoruro y el glifosato se suman a la carga tóxica. La mejor manera de protegerse es tener cuidado en sus opciones de alimentos y productos de uso personal, y reducir al mínimo el uso de vacunas y otros medicamentos que a menudo están contaminados con aluminio. La optimización del azufre en su alimentación también es esencial, ya que su cuerpo necesita azufre para fabricar su arma número uno contra la sobrecarga de aluminio: el glutatión.
Tomar algunas medidas para protegerse a sí mismo, podría minimizar su exposición a la vez que maximiza la capacidad de su cuerpo para deshacerse de este metal tóxico, que lo conducirá hacia una vida larga y saludable. Para obtener consejos y estrategias adicionales que puedan ayudarle a prevenir y/o tratar la enfermedad de Alzheimer, por favor vea mi artículo anterior llamado “Dos Increíbles Avances para el Alzheimer: Una Temprana e Innovadora Prueba de Detección que Utiliza Mantequilla de Mani y Un Estudio que Evaluo el Aceite de Coco.”
La siguiente lista le ofrece una serie de consejos para evitar ciertos artículos y le ayudará a reducir su exposición al aluminio, el fluoruro, el glifosato y otros componentes que dañan el cerebro:
Alimentos procesados y bebidas gaseosas. Esto le ayudará a evitar ambos ingredientes transgénicos (que tienden a ser contaminados con glifosato) y aluminio. Además, la sustitución de los alimentos procesados con alimentos orgánicos enteros reducirá drásticamente su nivel de azúcar/ingesta de fructosa, lo que le ayudará a normalizar su sensibilidad a la insulina y a la leptina. Esta es una de las mejores estrategias para proteger y preservar la función cerebral y su salud en general. La fructosa y el gluten son otros factores alimentarios que promueven el Alzheimer y es mejor evitarlo tanto como sea posible.
Carne de Pollo Deshuesada Mecánicamente, tiende a ser alto en fluoruro como resultado del procesamiento.
Amalgamas dentales. Las amalgamas dentales, que son el 50% de su peso en mercurio, son una de las principales fuentes de toxicidad de metales pesados. Sin embargo usted debe estar sano antes de que se le retiren. Una vez que se haya ajustado para seguir la alimentación descrita en mi plan de nutrición, puede seguir el protocolo de desintoxicación de mercurio y luego encontrar un dentista biológico para eliminar sus amalgamas.
Cosméticos y productos de cuidado personal que contienen aluminio, como los antitranspirantes (incluyendo cristales de sal o los que están hechos de alumbre), lociones, protectores solares y champús.
Las vacunas ya sean de mercurio (timerosal) y/o aluminio.
Medicamentos que contienen aluminio, tales como antiácidos, analgésicos, antidiarreicos y otros.
Anticolinérgicos y los medicamentos con estatinas. Los medicamentos que bloquean la acetilcolina, un neurotransmisor del sistema nervioso, han demostrado que aumentan el riesgo de demencia. Estos medicamentos incluyen a los que calman el dolor durante la noche, antihistamínicos, pastillas para dormir, ciertos antidepresivos, medicamentos para controlar la incontinencia y ciertos analgésicos narcóticos.

Medicamentos de estatinas, son particularmente problemáticos porque reprimen la síntesis de colesterol, agotan su cerebro de la coenzima Q10 y son precursores de neurotransmisores, por lo que debe prevenir la entrega adecuada de ácidos grasos esenciales y antioxidantes solubles en grasa a su cerebro mediante la inhibición de la producción de la biomolécula portadora indispensable conocida como lipoproteína de baja densidad.
Medicamentos fluorados, incluyendo Cipro.
Agua fluorada
Pasta de dientes fluorada y tratamientos de gel con fluoruro.
Utensilios de cocina antiadherentes que se desgasifican en fluoruro, pero también evitar otros productos que contienen aluminio como latas, papel de aluminio, bolsas de jugo y botellas de agua.

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